Una universidad autónoma es una institución de educación superior que posee la libertad de gobernarse a sí misma, lo que incluye la capacidad de tomar decisiones sobre su organización, administración, curricula, y políticas académicas sin la intervención directa del Estado u otras entidades externas. Esta autonomía puede abarcar aspectos como la administración financiera, la elección de autoridades, la definición de programas académicos y la regulación de la investigación. La autonomía universitaria fomenta un ambiente académico propicio para la libertad de pensamiento, la innovación y la investigación, permitiendo a la universidad adaptarse a las necesidades de sus estudiantes y su entorno social. Sin embargo, esta autonomía también conlleva la responsabilidad de rendir cuentas sobre el uso de recursos y los resultados educativos.